El domingo la misa fue diferente y muy extensa, hubo tantos ruegos por el alma de la vecina, como si lo necesitara la soa. En su velorio estuvieron presentes incluso dos señoras que jamás habíamos visto. Según el padrecito, eran hermanas de la soa Juanita, vivían en el pueblo contiguo, pero jamás las habíamos visto ni de visita y la vecina tampoco las nombró nunca.

La vecina se llama Juana Romero y todos la conocen como la señora Juanita porque así le gusta a ella que le digan, es muy chismosa y en serio conoce la vida de todo el pueblo, aunque no creo que sepa de mi situación especial.

Desde muy niña he tenido visitas extrañas, he sufrido el acoso de algunos seres invisibles que no sé bien lo que son, pero yo les llamo “presencias”, así se sienten, así les digo. Sin embargo, con el paso del tiempo, he aprendido a hacerme la tonta, la desentendida; los ignoro, con la esperanza de que desaparezcan y me dejen en paz, pero eso no ocurre.

Un psiquiatra después de conversar conmigo una tarde entera resolvió que yo no soy una persona completamente cuerda ni mucho menos, estoy loca de remate, pero en mi conducta predominan unos rasgos llamados por el autor de dichas frases como psicopáticos.

- ¿Qué? - me dije a mi misma - ¿es que acaso soy una psicópata?

 

Raquel se puso de pie, acomodó su cabello una vez más para tratar de cubrir su rostro y se retiró al baño. Mientras tanto, creyendo que ya todo estaba decidido, Darío pidió la cuenta y se bebió de un sorbo el vino que le quedaba en la copa. La muchacha se sentía muy confundida además, de un poco ebria, estaba disfrutando la cena, se había reído mucho, como hace mucho tiempo no lo hacía, el tipo era divertido, era guapo aunque algo raro, muy directo y pretencioso, pero siendo sincera, ella sabía que en sus condiciones nadie podría acercársele, quizás, ésta era la última oportunidad de conocer el amor, o por lo menos de saber lo que era tener el cuerpo de un hombre junto al suyo, ya que sufrió el accidente cuando era una adolescente y jamás había hecho el amor con nadie, ni antes, ni después.

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