Marzo 19, 2024

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La inteligencia emocional como reto social Destacado

La inteligencia emocional como reto social pexels.com

Por María Gabriela Castañeda. México. www.mariagabrielac.com/

 

«No cedas; no bajes el tono, no trates de hacerlo lógico, no edites tu alma de acuerdo a la moda. Mejor, sigue sin piedad tus obsesiones más intensas».

Franz Kafka

El Fondo Económico Mundial y Forbes, solo por nombrar algunos ejemplos, anuncian en artículos recientes (2019) que la Inteligencia Emocional sería una de las principales competencias tomadas en cuenta para contrataciones en la actualidad y en un futuro cercano.

Lo anterior nos habla de una transición hacia una evolución en la educación integral, de la mano con los grandes desafíos que nos presenta la realidad actual, que busca incluir el universo emocional en la manera en cómo nos vivimos como seres humanos, y poder resolver con ello nuestros mayores retos sociales y personales.

La pregunta por el ser humano hoy está aún más vigente que nunca; su relación con el entorno y los fenómenos sobre salud mental nos obliga a poner en el centro la cuestión emocional para dar respuesta a aquellas manifestaciones que consideramos que no son lo natural y que podrían construirse de otra manera dentro de la narrativa cultural.

Por ejemplo, un fenómeno interesante, por mencionar uno de tantos; el problema de los shootings masivos que se sufre en Estados Unidos desde hace décadas, a manos de hombres enfermos emocionalmente, que buscan acabar con la vida de quienes se cruzan en su camino, en un ataque irracional de auto aniquilación además.

Dicho fenómeno se trata y se explora en el documental The Mask you live in* (La máscara en la que vives, 2019), que sigue la trayectoria de niños y adolescentes en sus aprendizajes emocionales y en la lucha por conservar su autenticidad y fidelidad personal, al tiempo que se enfrentan con la estrecha definición de “masculidad” que se les impone dentro de la sociedad de la que aspiran a ser parte. En dicho documental se explora la relación directa que existe entre esas explosiones de violencia y la falta de una educación emocional.

Los jóvenes que crecen en Estados Unidos, aunque no es exclusivo de este país, son presionados por los medios masivos de comunicación de lo que significa ser hombre; presionados por sus pares, los adultos y autoridades, reciben desde niños mensajes que contradicen su lenguaje y expresión natural, la cual deben anular si es que aspiran a ser considerados como “verdaderos” hombres.

Asimismo, la “educación emocional” se reduce a sentirse contínuamente obligados a no “tener permiso” de sentir sus emociones; o tener que suprimir su particular forma de expresarse; a no poder conectar emocionalmente entre sí; a devaluar, degradar y cosificar a las mujeres, no pudiendo conectar emocionalmente con ellas desde la amistad, o bien, poder resolver sus conflictos sin violencia; los chicos son presionados por el continuo bullying; por los estereotipos de género, los grandes conflictos interraciales y las clases sociales. Todo ello ha creado una ecuación compleja de afrontar en lo individual, dentro de un contexto laberíntico para poder definir la propia identidad, y que los chicos deben resolver para convertirse en “hombres reales”. Las consecuencias de dichos retos son presentados en su máxima expresión en su continua violencia que se ha vuelto predecible y repetitiva.

Investigadores y expertos en neurociencia, psicología, educación, sociología, medios de comunicación, entre otros, intervienen también desde sus trincheras evidenciando la gran crisis y retos que enfrentan para resolverla.

Las investigaciones muestran cómo son los hombres quienes, en comparación con las mujeres, tienen un alto grado de probabilidad de desarrollar enfermedades mentales, así como desarrollar adicciones, fracasar, responder con violencia o quitarse la vida. No obstante, como humanidad, hombres, mujeres y niños son víctimas directas de las carencias en la educación emocional.

El documental concluye dando respuesta de cómo se puede en última instancia criar nuevas generaciones saludables de seres humanos más completos desde lo individual y desde aquí hacia lo social.

Nuestro reto como profesionales y ejecutivos es ayudar en este eslabón histórico y de transición social; es un reto cultural en el sentido de que debemos retomar la formación individual desde el lenguaje emocional y promover su desarrollo en las nuevas generaciones.

El mundo está cambiando y nos estamos moviendo hacia la era de la Inteligencia Emocional. El actual COVID-19 ha venido a evidenciar las deficiencias sociales al hacer notorio el nivel de violencia y poca educación emocional que existe en las familias, la gran cantidad de adicciones y suicidios que se dispararon durante la temporada de cuarentena, en contraste con los hogares más instruidos en dichos temas, aumentó el desarrollo del talento que ya se mostraba en los niños; si bien, muchos padres padecieron económica y emocionalmente el encierro, hubo mejores manejos de la condición emocional a través de líneas de ayuda, terapias de grupo on line, etcétera.

Otro síntoma interesante históricamente hablando es el hecho de que los grandes y reconocidos CEO´s están pidiendo ayuda para desarrollar su comunicación, Inteligencia emocional y empatía en relaciones personales como profesionales. O bien, la empresa han detectado la gran necesidad debido a síntomas como la alta rotación, o enfermedades mentales y por estrés, capacitando a su gente y promover su desarrollo en las competencias antes mencionadas.

De acuerdo con una investigación de Fortune 500*, se encontró que cerca del noventa por ciento de los colaboradores considerados como talentos de alto rendimiento, poseen inteligencia emocional desarrollada.

Dicha investigación mostró cómo aquellos que desarrollaron una Inteligencia emocional logran el éxito en sus equipos, en su liderazgo; y se considera a esta competencia aún más importante que sus títulos universitarios o su experiencia. Ya que la Inteligencia emocional permea afectando todo su entorno; influye en el ambiente laboral, en su toma de decisiones, y logra resultados deseables.

El reto profesional de humanizar más el negocio, nuestras relaciones, mediante la Inteligencia emocional descubre a la vez una simplicidad interesante; al volver la mirada y descubrir que las respuestas siempre han estado al interior, y que es la guía que nos eleva por encima de la complejidad trayéndonos una respuesta inmediata a las necesidades personales que hay que escuchar y por tanto atender con una nueva manera de comprendernos; y poder abrazar ese interior por encima de las exigencias y el discurso social.

Aprender a alfabetizar y nombrar nuestras emociones, de manera tal que podamos resolver el problema “en casa”, el reto de convertirnos en nuestros valores más genuinos y encarnarnos desde una visión más auténtica.

Así que quien quiera que seas, sin importar a qué te dediques, quizá es un momento para hacer un stop en el camino para mirar muy dentro. El exterior es un buen comienzo, ya que los resultados que estás teniendo en tu vida diaria te hablan de lo que se necesita atender por dentro, por ejemplo, si no se puede parar de fumar, de beber, de comprar, de comer, de estar en internet, de estresarte al punto del paro cardiaco; no se tolera la soledad; se sufre de depresión, trastornos de ansiedad, ataques de pánico, insomnio y cosas que no son “normales”, es muy posible que un viaje a al interior sería muy interesante de atender.

Desarrollar la Inteligencia Emocional ayudará a tener una mayor conciencia de ti mismo y de los demás. Adquirir la habilidad aguzará el oído interno y la escucha emocional, beneficiando en la comunicación afectiva y efectiva; la comprensión y aplicación de cómo manejar reacciones emocionales con respuestas funcionales en los distintos contextos de vida.

Atender las necesidades y valores personales requiere valentía y coraje de conocernos, y poder aprender a defender lo que es más importante.

CUENTO DEL GUERRERO JOVEN

Había una vez un guerrero joven que vivía a las afueras de Estambul, capital del Imperio Otomano. Su mayor aspiración era convertirse en un guerrero espiritual, aprender las artes de la guerra, cuidar al Sultán y defender a su pueblo. Él era una aspirante para entrar al cuerpo del ejército élite de los guerreros Jenízaros; aunque aún era muy joven para entrar, ya se presentaba a entrenar con los demás pupilos que eran parte de los novicios del ejército.

Sucedió un día que, mientras descansaban por la noche en los campamentos, fueron sorprendidos por el ejército enemigo. Al darse cuenta todos que estaban siendo atacados, saltaron de sus camas y se dispusieron a luchar con lo que pudieron encontrar a su paso para defenderse.

Al guerrero joven no se le permitía participar en las batallas por su corta edad. No obstante, en esta situación, había desobedecido. Corriendo rápidamente fue por su cimitarra, ya que, como habían sido sorprendidos, la suma de cada miembro representaba una gran importancia y había demasiado que perder.

En medio del campo en donde la cruenta batalla tenía lugar, sus compañeros se percataron sorprendidos de que el guerrero joven luchaba con gran coraje entre ellos, defendiendo a unos, luchando con otros, blandiendo su espada con toda la fuerza de la que era capaz al grito de guerra.

En algún momento la batalla se volvió casi imposible, pues el ejército enemigo los superaba en número. De pronto, uno de los soldados oponentes decapitó, con un golpe limpio, la cabeza del guerrero joven.

Tal fue la incredulidad y la sorpresa de todos los testigos al ver que el espíritu invicto del pequeño guerrero no había sido abatido, y no solo seguía luchando sin su cabeza, sino que continuó la lucha con tal admirable coraje: él no peleaba con su mente, sino con la total entrega de su corazón. Hecho que inspiró y enardeció en vivas emociones de triunfo a los Jenízaros, quienes ganaron con su ímpetu la batalla.

Cerca rugía el coro de los Jenízaros, con sus instrumentos cantando las notas sagradas que decretaban la victoria.

Cuento Sufí

Referencias:

-     Cuatro Verdades de la Inteligencia Emocional. José Ruíz. 2017. Forbes. https://www.forbes.com.mx/cuatro-verdades-de-la-inteligencia-emocional/.

-     ¿Qué importancia tiene la Inteligencia emocional en la productividad?. https://www.iprofesional.com/health-tech/310023-que-importancia-tiene-la-inteligencia-emocional-para-la-productividad-laboral.

*   The Mask you live in. https://therepproject.org/films/the-mask-you-live-in/.

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Modificado por última vez en Lunes, 17 Enero 2022 00:05
María Gabriela Castañeda

México. Consultora de empresas y catedrática en la Universidad Instituto de Estudios Superiores de Monterrey desde el 2011, en las asignaturas de Liderazgo, Desarrollo Humano, Comunicación Efectiva, Inteligencia Emocional y Coaching Ejecutivo.

Desde hace más de 20 años ha acompañado distintas empresas de retail de talla nacional e internacional, enfocándose, gran parte de su carrera, en el desarrollo del liderazgo y trabajo de equipos clave dentro de las corporaciones.

 

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