Somos histriónicos, difíciles e irreverentes, la sátira viviente del mundo moderno que no vacila en reflejar aquella hermosa y compleja realidad en la permanente dicotomía del ser humano, donde no muchos se atreven a indagar.
columna@histrionico.com
Desde el año1972 estas misiones se paralizaron, acrecentando la gran pregunta, ¿por qué no hemos vuelto?. A pesar de que la tecnología ha crecido de manera exponencial se dio pie para creer en un sinfín de posibilidades: vida en la Luna, desinterés, prohibición por alguna entidad externa, etc. Muchas conjeturas se barajaron que al parecer dentro de poco estaremos nuevamente en nuestro satélite natural.
Para encontrar los motivos que propiciaron el viaje a tierras selenitas hemos de retroceder hasta el final de la década de los 60. Tras la Segunda Guerra Mundial, durante la Guerra Fría, los Estados Unidos y la Unión Soviética se jugaron su particular partida de ajedrez en el tablero del mundo, y algunos de los movimientos más importantes de aquella partida se disputaron en lo que se conocería como la Carrera Espacial, una obstinada pugna entre sendas potencias, cuya meta final era la Luna. De esta lucha, en la que ambas naciones pretendían demostrar su superioridad militar y tecnológica ante el adversario, resultaría una potencia hegemónica a nivel mundial.
¿Qué pasaría si la Guerra Fría nunca hubiera existido, se podría haber llegado a la Luna?, personalmente creo que sí, y quizás aún habría misiones o poblamiento lunar, pero las condiciones fueron totalmente distintas. En ese aspecto, el viaje a la Luna, más que un fin en sí mismo, fue el modo de mostrarle al mundo quien pondría la música que marcaría el ritmo de la agenda política internacional durante lo que restaba de siglo. Por ello, si hoy en día sigue resultando casi una utopía enviar una misión tripulada a la Luna y volver, es fácil imaginar lo que aquello supuso hace 50 años. Al alcanzar nuestro satélite y regresar con éxito, los Estados Unidos daban un golpe sobre la mesa haciendo gala de un poder tecnológico, militar y económico que llevaba implícito un mensaje muy claro para el resto del mundo: "aquí, hoy, manda América". Así quedaría demostrado durante los años posteriores, en los cuales, mientras los estadounidenses afianzaban su poder en gran parte del globo, la Unión Soviética se sumió en un periodo de decadencia que condujo a su disolución en 1991.
¿Cuál es el próximo paso?
La respuesta es el motivo por el cual nos reunimos en esta oportunidad.
El año 2024 es la fecha en la cual la agencia espacial norteamericana NASA tiene pronosticado romper el silencio de 52 años para posicionar nuevamente al ser humano en la Luna, bajo el nombre de la misión Artemis.
El nombre proviene de la hermana de Apolo, ¿lógico no?, pero con la diferencia que quien posaría nuevamente los pies en suelo celestino, sería una mujer, de ahí su nombre.
135.000 millones de dólares es el presupuesto necesario para poder realizar el nuevo sueño estadounidense, una idea que volvió a tapete gracias a expresidente Donald Trump, que desde que comenzó a usar el salón oval tuvo en mente realizar esta gran tarea para la nueva era espacial.
Esta misión podría volver a marcar una página en el libro de hitos de la historia de los seres humanos en el espacio. El 2024, cuatro astronautas emprenderán un viaje a la luna para quedarse a vivir allí durante un tiempo.
Aún no se sabe quién será la elegida para cumplir con ese papel en la historia, pero sí cómo serán los trajes con los que se protejan de las condiciones climáticas de la Luna, así como la nave en la que viajarán y el campamento que se establecerá en el satélite, que será su hogar por unos días.
Todo estará listo para su llegada, en la superficie se encontrarán el campamento base ya montado en el polo sur de la Luna con varios rovers, (vehículo de exploración a control remoto), y todo lo necesario para vivir y realizar los estudios previstos. Pero antes tendrán que hacer una parada técnica a la estación lunar que se colocará en la órbita del satélite.
Gateway, como se le ha bautizado a esta futura colonia, asegurará la comunicación con la Tierra y servirá como parada previa, para ésta y futuras misiones a cualquier otro punto del espacio.
Una vez allí, se dispondrán a pasar una semana en el campamento base. Los científicos llevan tiempo trabajando en distintos proyectos con los que poner a prueba las condiciones de vida en un entorno como el de la luna. Desde dónde van a vivir, qué van a comer, todo esto ya se ha estado planteando. HERA, por ejemplo, es un hábitat de tres pisos que ha pasado un tiempo en el desierto de Arizona cuyo clima árido es similar al de Marte. Además de un hábitat como este, los astronautas tendrán vehículos con los que hacer exploraciones, infraestructura suficiente para tener energía y comunicaciones y sistemas con los que eliminar los desechos o convertir recursos locales en agua y cubrir sus necesidades.
Los astronautas de la Estación Espacial Internacional también han realizado experimentos para cultivar algunas plantas en el espacio. Estos cultivos pueden servir para limpiar el aire de CO2 y alimentar a los habitantes en un futuro asentamiento en Marte.
Incluso ya es posible conseguir agua potable. La Estación Espacial Internacional cuenta con un sistema de recuperación de agua a bordo que recicla cada gota de agua, incluso de la orina de los astronautas para que estos no se deshidraten en su estancia.
La primera fase será lanzada en el año 2021, llamada "Artemis I", misión sin tripulantes que volará alrededor de la Luna para probar los sistemas de funcionamiento de la nave.
A esto le seguirá el "Artemis II", la cual hará lo mismo que la primera pero esta vez con tripulantes, donde ellos podrán tomar el control de forma manual.
Si todo sale bien, continuaría el "Artemis III" en 2024, el que eventualmente, descendería en la Luna y llevaría a la primera mujer, junto a un hombre.
Ahora es solo cuestión de paciencia, y esperar las novedades que lleguen desde la agencia espacial, para informarse sobre cómo va avanzando este nuevo proyecto.
Comenta y comparte 
