Aunque no lo crean, me ha resultado difícil llegar a la columna de esta semana. Desde que comenzó la pandemia, decidí no tener más a alguien, que me ayude en los quehaceres del hogar. Desde marzo del 2020, soy mi propia nana, jardinera, cocinera y un sin fin de cosas que las mujeres hacemos, ser Mamá y esposa, además de trabajadora.

-Las uvas viejas de un amor en el placard-…no significa -tengo un verdulero en el armario-.

Con esta frase del tema Credulidad trato de explicar la visión de un (inmenso) artista que siempre se separó de todo lo estandard o lo establecido. Luis Alberto Spinetta siempre fue alguien que apostó por lo propio, por la belleza de lo auténtico.

¿Qué es la cosa?...todo, la cosa es todo, y la cosa está más complicada que sentarse a hacer “poo” en el guater con las piernas cruzadas, perdón el ejemplo pero a ese nivel estamos en todo.

En la columna de esta semana, pensaba continuar con la historia de las anteriores, y contar acerca del proyecto que estoy trabajando en este momento.

-Era como ir al bosque a recolectar frambuesas-…así nos sentíamos con mi amigo y compañero de banda -LeMaître-, cada vez que nos dábamos una vuelta por Fusión (la desaparecida disquería del Drugstore).