El pasado mes de junio y luego de muchos intentos fallidos, la compañía Starliner de Boeing logró posicionar a dos astronautas, Sunita Williams y Barry Wilmore, en la Estación Espacial Internacional (EEI), sin embargo, hasta el último momento se detectaron fallas que pusieron en riesgo la misión.
El regreso de los cosmonautas estaba prevista para 8 días después, pero se detectaron varias fugas de helio que podrían resultar peligrosas y comprometer por completo el Starliner, por lo que se optó por solucionar el problema y prolongar el viaje de los astronautas, pasando de 8 días a 8 meses ya que el número de fallas siguió en aumento, entre ellas el cese de funcionamiento de 5 motores de maniobras del módulo de servicio, obligando a la compañía a regresar la nave sin sus tripulantes.
Pero, ¿Por qué pasarán tanto tiempo en el espacio? esto ocurre puesto que la empresa SpaceX, encargada del rescate con su cápsula Crew Dragon, originalmente tenía contemplada una misión con 4 astronautas, Zena Cardman, Nick Hague, Stephanie Wilson y Alexánder Gorbunov. Sin embargo, producto de las fallas de su par Boeing, esta misión que tenía un carácter investigativo, hoy se convirtió en rescate, y con el fin de tener suficiente espacio para traer de vuelta a los miembros varados en el espacio, SpaceX tendrá que dejar a dos tripulantes fuera y así tener dos asientos disponibles que traerán de vuelta a Williams y Wilmore. Tal estrategia afectaría la misión original ya que los astronautas que quedan fuera tenían labores importantes en materia de investigación, pero para suplir esa pérdida, los dos astronautas varados deberán suplirlos en sus actividades.
El fracaso del Starliner de Boeing
Los últimos acontecimientos de la empresa aeronáutica espacial han causado conmoción tanto en el público general como en la comunidad científica, buscando diferentes respuestas ante el gran número de fallas ocurridas. Una de las posibles respuestas a este fenómeno es la pérdida de la industria espacial por parte de los países, lo que ha llevado a que muchas de sus fabricaciones sean externalizadas sin la posibilidad de que sean testeadas in situ, de esta forma, al no tener capacidad de manufactura local, se va perdiendo el control de calidad de los elementos comprados, confiando en que los proveedores testearon sus productos bajo estrictas normas de calidad, cuando en realidad no es así del todo.
En el año 2014 la NASA le otorgó contratos a Boeing y SpaceX para crear naves que pudieran llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional, y desde entonces, la empresa de Elon Musk se ha coronado como campeón indiscutible tanto en las misiones de prueba como en los estándares impuestos por la agencia espacial norteamericana, mientras que su par Boeing ha presentado problemas desde el inicio, no pudiendo completar la misión de prueba el año 2019 donde la nave presento problemas de software que llevó a la desincronización de los motores haciéndoles quemar el combustible antes de tiempo, junto con unas válvulas corroídas que dejaron la nave varada en el espacio por algunos meses.
Pero a pesar de todas estas fallas y la consecuente perdida millonaria para Estados Unidos, el Starliner de Boeing aún pareciera estar considerada para próximas misiones, por lo que es posible que luego de su retorno sin tripulantes en septiembre vuelva a volar (una vez cumplidas sus certificaciones) ya que de esta forma la NASA no dependería solo de la Crew Dragon para sus futuras misiones espaciales, contando con dos naves para llevar personal a la EEI y cumplir con su recambio de astronautas cada 6 meses.