Durante milenios, el ser humano ha tratado de buscar la explicación a todos los hechos que suceden a su alrededor, culpando muchas veces a la naturaleza, y lo más importante, dar una característica divina a sucesos que dentro del raciocinio sobresalen de la lógica. Los dioses son el punto resaltante para mostrar el comienzo del desenlace de estas temáticas en la historia del hombre.

Tormentas, el Sol, la Luna, los eclipses, catástrofes, enfermedades y muchas otras cosas fueron las causales para alzar las manos y alabar a un ser superior en pos de dar sentido a su vida. Todo regido a la voluntad de un ente externo que domina cual juego de mesa el diario vivir de las criaturas pensante hasta el día de hoy. Einstein una vez dijo “Dios no juega a los dados”; Posteriormente el ganador del premio nobel, Serge Haroche, corrigió: Einstein se equivocó, Dios efectivamente está jugando a los dados en el universo cuántico.

Dentro de todo lo enigmático que pueda existir, muy pocas personas se han detenido a pensar qué tiene en común los dioses a través de la historia, qué caracteriza la magia y las artes adivinatorias dentro de nuestra existencia. qué hay en común con los sacerdotes o chamanes con grandes poderes que  encaminan con mensajes venidos desde otro plano; las reglas a seguir en la vida de todo mortal.

Innumerables escritos en piedra esparcidos por toda la faz de la Tierra muestran la relación que el hombre ha tenido con entidades que no pertenecen a este plano o planeta. Uno de los ejemplos más llamativos, históricamente hablando, es la creencia que el ser humanos ha sido implantado mediante modificación genética para servir a modo de esclavo a visitantes externos con grandes poderes. A posterior, dejando a este ser homínido a su suerte en una roca fértil en el confín del espacio, me refiero a los Sumerios con los dioses Anunnakis.

La misma nomenclatura podemos resaltar sobre los sagrados textos de la Biblia, en donde adoran durante generaciones a un dios con muchas características. Muestra entre sus líneas el encuentro de grandes profetas con el salvador, como por ejemplo Ezequiel, Moisés, Abraham y hasta el mismo Jesús quienes tuvieron las condiciones de establecer comunicación con una entidad superior venidera de otro plano.

Por otro lado, los encuentros del pasado se han modificado en su definición convirtiéndolos en visitantes de otros mundos. Desde los confines del universo conocido que nos visitan con increíbles naves espaciales posando tranquilamente a la vista y hoy a lentes que capturan con majestuosidad sus asombrosos diseños.

Contrario a esto y siempre acompañándolo, miles de personas estipulan tener poderes sobrenaturales “sacados desde otro plano” para efectuar mancias que actúan de la misma forma, Sin explicación. También se atribuyen dones para comunicarse con seres queridos que habitan el inframundo, paraíso, cielo, campos elíseos o como quiera llamarlo cada civilización, en donde también habitan seres de majestuosas virtudes como elfos, duendes, fantasmas, demonios, ángeles y muchos más. Así podemos ver los puntos de unión que comienzan a aparecer desde su proveniencia y forma de proceder, basta con indagar en libros y aplicar la lógica del comportamiento en que actúan. Un 99,99% estos dos fenómenos solo aparecen frente a nosotros, no podemos establecer su proveniencia y mucho menos su destino, ¿Se han dado cuenta de eso?

Cuando hemos presenciado un OVNI o fantasma siempre ocurre lo mismo, podemos ver el momento del encuentro, pero nunca de donde vienen o hacia donde se dirigen. Esta es una característica que se aplica a la gran mayoría de los casos y registros a través de la historia e inclusive en el 2021 sigue siendo de la misma forma. Una de las hipótesis que hemos generado es, que ambos fenómenos actúan bajo mismos parámetros físicos de implementación de tecnología avanzada y por otra adquirida por don supremos.

Quizás los tripulantes de estas extrañas naves volantes cuentan con una tecnología avanzada de moverse de plano a plano y entre los espacios, dando la oportunidad de soñar sobre la existencia de mundos inter-dimensionales. Quizás, por esa sencilla razón, tienen la posibilidad de moverse y aplacar la gran distancia entre dos puntos en el universo sideral, ahí podría estar la respuesta del sigilo para moverse por nuestros cielos, pudiendo verlos solo unos segundos, o sea, aquel momento en que salen de un espacio e ingresando a otro distinto como modo de movilización.

Por otra parte, extraños seres inmersos dentro de la mitología, leyenda, folklore, religión actúan de una forma similar, con similares características de movimiento entre un plano y otro, pero con atributos adquiridos.

Quizás por eso podemos verlos un instante y después desaparecen por la sencilla razón que utilizan nuestro plano físico de tres dimensiones como puente de enlace de movimiento hacia otros lugares, ya sea proveniencia o destino. Sueno loco, pero quizás no sea tan lejana esa conjetura.

Como conclusión puedo comentar esta hipótesis, en la cual el fenómeno OVNI cuente con gran tecnología que puede moverse entre dimensiones para aminorar distancia (aprendida), o también sea el motivo por el cual los abducidos son relatan pérdidas de tiempo y modificación de espacio, esa puede ser la  respuesta de cómo el resto de la población no pueda percatarse del hecho en sí.

Resalta también el cómo los gobiernos no pueden detectar estos sucesos en el espacio aéreo de gigantescas naves, o sea, trasladan a los causantes a otra dimensión para hacer sus trabajos de investigación sobre la raza humana de manera tranquila. Por lo contrario el fenómeno paranormal actúa de la misma forma, pero con algo propio de ellos, moviéndose de dimensión en dimensión sin ser percatados e invisibles a nuestros ojos, salvo cuando se hacen presentes a nosotros.

El punto de encuentro entre el fenómeno OVNI y paranormal son las capacidades que cuenta (una aprendida y otra otorgada) para movilizarse dentro de los espacios y actuar de forma muy similar, mientras nosotros seguimos con los mismos principios físicos humanizados que durante milenios no se han podido romper, exceptuando quienes ya pueden y han podido hacerlo.

Un gusto entregar esta propuesta personal del cuestionamiento de estos hermosos fenómenos que tanto nos apasionan.

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