Somos histriónicos, difíciles e irreverentes, la sátira viviente del mundo moderno que no vacila en reflejar aquella hermosa y compleja realidad en la permanente dicotomía del ser humano, donde no muchos se atreven a indagar.
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Las redes sociales nos están alejando más de la realidad en que vivimos. Los equipos electrónicos portátiles nos esclavizan a estar siempre conectados, impidiéndonos disfrutar de nuestra libertar, como por ejemplo mirar el cielo.
La tecnología satelital nos ha facilitado la vida conectándonos sin importar donde estés, pero hoy en día nuestra bóveda estelar se encuentra plagada con más de 17.000 objetos en órbita, increíble ¿o no?
Contar con avanzada tecnología ha creado un estilo de vida en donde se considera las redes sociales como un oráculo que debes aceptar sin cuestionar. Esta postura hace creer que todo aquello que se mueve en el cielo es un Objeto volador No Identificado (OVNI), anunciando con gran jolgorio supuestos avistamientos que hasta los medios de comunicación avalan. Aquellos que siguen, divulgan e investigan estos temas ganan y ganan adeptos día a día convenciendo de que nuestros hermanos mayores han llegado haciéndose presentes a todos.
Las temáticas de publicación de video, fotografías y relatos pueden tener una explicación lógica, uno de ellos son los llamados brillos (flares, flash, etc.). Centenares de personas a nivel mundial pueden observar estos fenómenos todos los días apuntando a presencia de seres del espacio exterior que nos muestran señas a modo de comunicación.
Estas observaciones en realidad se asocia al reflejo que produce un satélite de gran envergadura (como por ejemplo los Iridium de Motorola, con una cantidad de 66 unidades que se lanzaron en década de los años 90, caracterizados por destellar en sus tránsitos nocturnos) que productos de sus antenas y rotación en su eje, provoca el reflejo del Sol, emitiendo un gran resplandor o flash de grandes magnitudes dejándonos atónitos y estupefactos, estos satélites son los más conocidos por provocar estas luminiscencias disminuyendo su tránsito debido a su salida de servicio (desorbitados), siendo remplazados por los Iridium Next que no provocan estos resplandores.
La difícil obtención de registros de estos satélites son lo que más llama la atención. Muchas personas los asocia a un OVNI (en cierta medida estarían en lo correcto, ya que el observador desconoce la procedencia de lo que está viendo) pero hay quienes aseguran que, si son naves espaciales tripuladas por aliens que han venido a visitarnos siendo que aquello es de creación humana.
Otro punto resaltante son los Debrin (escombros), ya que producto de tantas misiones espaciales desde los años 60 aún orbitan la Tierra, provocando resplandores anómalos sin congruencia de tiempo que desconcierta a ufólogos y aficionados al tema.
Otra vez confundido con un “OVNI”. Ahora, aseverar algo conlleva a tener pruebas, pues bien dejo una página de seguimiento de objetos (Payload, Debrin, Rocket Body, etc) en tiempo real y así ustedes mismos pueden descartar lo que estás observando. http://stuffin.space/
Hemos hablado de aquello que se mueve en el cielo, pero ¿qué pasa con los brillos estáticos e intermitentes que también se pueden ver? Bueno, en este punto hay que considerar la gran cantidad de basura espacial producto de los cuerpos de cohetes y escombros dejados por los lanzamientos desde la guerra fría hasta la actualidad, cantidad que realmente se desconoce.
Otros artefactos que llaman mucho la atención son los satélites Geoestacionarios quienes también se caracterizan por este tipo de resplandores. Giran en su propio eje provocando “flares”, bastante notorios, cuentan con órbitas más alejadas permitiendo así mayor cobertura de territorio (como por ejemplo los de televisión satelital). La diferencia con sus pares es que recorren el cielo a la par con la rotación de la tierra dando una impresión de estático. Este tema, para quienes les encanta observar el cielo nocturno es muy interesante, pero no significa que nos podamos encontrar con sorpresas dignas para investigar. Un ejemplo es los flares de colores (rojo, verde, amarillo) que se han observado en ciertas partes del país, contradiciendo la lógica del reflejo de los paneles solares o el metal de aquello que está orbitando que debería ser de un solo color, incluyendo movimientos anómalos.
Un punto importante es saber que todo satélite artificial dependerá de la hora (después de ocultación y antes de la salida del sol) en que puede observarse. Cabe destacar que los “Iridium son de órbita LEO (Low Earth Orbit) de 720 km de altura y de ahí su gran brillo, pero también se pueden observar avanzada la hora de la noche.
Este tema se debe seguir indagando, es solo el comienzo y aún existen muchos extraños fenómenos nocturnos que nos sorprenden día a día, como por ejemplo los que mencionamos en esta oportunidad siendo solo la punta del iceberg, dando pie para hablar en una nueva ocasión.
Lo interesante de esto es la posibilidad de indagar y buscar más detalles a estos fenómenos artificiales. Con toda la información disponible hoy en día, da pie para colocar en la balanza o que observamos y sacar conclusiones lógicas a algo que si puede tener explicación.
En nuestro país existen agrupaciones con instrumentos especializados que observan el cielo en búsqueda de anomalías que pudiese dar la respuesta de ¿estaremos realmente solos?
En conclusión, la gran mayoría de brillos pueden ser explicados con nuestro conocimiento actual, pero no podemos descartar la posibilidad de encontrarnos con lo No Identificado.
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