Para esta reseña les traigo uno de esos clásicos que estaban pendientes por leer: “La máquina del tiempo”, libro escrito por H.G. Wells y publicado por primera vez el año 1895 en Londres. Pero antes de contarles sobre esta historia, partamos primero hablando de su autor.
Herbert George Wells nacido en Londres en el año 1866, se le considera como el padre de la ciencia ficción junto con Julio Verne y Hugo Gernsback. Sus obras abarcan diversos géneros como la ciencia ficción, relatos cortos, obras de críticas social, sátiras, biografías y autobiografías. En sus obras escribió sobre sociedades utópicas y sobre inventos mecánicos como aviones, tanques, viajes espaciales, armas nucleares, televisión por satélite y algo muy similar a nuestra Internet. Dentro de la ciencia ficción se encuentran historias que hablan de viajes en el tiempo, “La máquina del tiempo”, invasiones alienígenas; “La guerra de los mundos”, invisibilidad, “El hombre invisible”; y sobre ingeniería biológica “La isla del doctor Moreau”. Gracias a su maravillosa obra cuatro veces estuvo postulando al premio Nobel de Literatura.
Pero Wells en un principio no se dedicó a la escritura, sus estudios universitarios fueron por el lado de la biología y la ciencia, y esto fue alimentando su curiosidad e imaginación comenzando poco a poco a contar historias en las cuales se involucrará la ciencia, la tecnología y cuestionando el sentido ético de esta. Además, siempre fue un abierto socialista, y con el paso del tiempo fue dejando a un lado la ciencia ficción y comenzando a describir la sociedad, en especial los sectores bajos de la sociedad, como ocurre en sus novelas “Kipps” o “La historia de Mr. Polly”, gracias a las cuales se le nombró como un digno sucesor Charles Dickens. Enfermo de diabetes en el año 1934 cofunda la “Asociación diabética”, conocida hoy como “Diabetes UK”, de finalidad puramente altruista. Por sus relatos relacionados con la ciencia, en el año 1970 se decide bautizar a uno de los cráteres de la Luna ubicados en la cara oculta con su nombre. Wells fallece en el año 1946 a raíz de un tumor hepático, y como suele suceder con los grandes personajes comenzó a ser honrado con diversos premios luego de su muerte.
Como ya les comenté el libro del cual les voy a hablar es “La máquina del tiempo”. Esta historia tiene un arco narrativo muy curioso, ya que los personajes que se encuentran en la obra no tienen nombre, por ejemplo el protagonista principal, que es quien se encarga de contar la historia a modo de primera persona, y que el autor lo llama el viajero del tiempo. La historia ocurre en la casa de este viajero del tiempo, quien se encuentra reunido con algunos periodistas y gente de ciencia a quienes les habla sobre la cuarta dimensión (el tiempo), y como es posible que el hombre viaje a través de ella. Obviamente todos los presentes toman el relato del viajero del tiempo como una simple nimiedad dándole distintos puntos de vista sobre la imposibilidad de realizar una travesía de este tipo. Pero el viajero del tiempo cuenta con una maqueta a escala de lo que es su máquina del tiempo, y les da una pequeña demostración. Sorprendidos, los oyentes le piden una prueba con una máquina de tamaño real, y el viajero del tiempo los invita a cenar a la noche siguiente para enseñarles la máquina original.
Al día siguiente se encuentran todos los invitados en la casa del viajero del tiempo, pero recién después de una hora este aparece desaseado y con su ropa a muy mal traer. El viajero del tiempo se sienta y comienza a narrar su aventura en la máquina del tiempo, donde relata que viaja hasta el año 802,701, donde conoció a una raza llamada los Eloi que serían como la evolución de los hombres de nuestra época, y que estos se encuentran siempre acechados por los Morlocks, unos seres que solo se mueven de noche y atacan a los Eloi con el fin de alimentarse y robar sus hogares. Para todos los oyentes aquel relato es curioso por decir lo menos y comienzan los cuestionamientos sobre su supuesto viaje, concluyendo que todo aquello es falso. Al día siguiente el viajero toma algunas cosas de su laboratorio y viaja tres años en el futuro con el fin de esperar al viajero del presente.
En un principio me desilusione un poco con la historia, ya que lamentablemente yo había visto la película del año 2002, y esperaba encontrar una historia como la que había visto en el filme, o al menos algo similar y no que el libro se tratara de un relato de una persona hacia una audiencia, pero de a poco uno se acostumbra al modo en el que se encuentra contada la historia. Sin duda lo que más que me gusto fue el final, y esa manera de dejarte pensando si será posible que el viajero del tiempo llegará a conocer a su yo que dejo en el presente, y verlo tres años después. Un libro bastante cortito, para leerlo en un fin de semana, al menos la edición que yo leí es de 186 páginas que se pasan volando.
Y con esta sugerencia de lectura, los dejo hasta la próxima columna literaria, espero que se animen con este clásico, del padre de la ciencia ficción.