Ciertos Chicos de Alberto Fuguet, una historia llena del romanticismo pop de los ochenta Destacado

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Para esta nueva reseña les recomiendo tener todos los sentidos despiertos y atentos, por que para quienes han estado siempre acompañados de algún libro, saben que las historias no solo nos traen el olor a tinta y la textura del papel, sino que también nos entregan sonidos, lugares, situaciones y por que no, llegan a despertar nuestra memoria emotiva. 

Esto es lo que provoca el libro que les traigo en esta oportunidad y que salió a la venta en marzo de este año.  Me refiero a “Ciertos Chicos”, del escritor chileno Alberto Fuguet, quien aparece en la escena literaria después de ocho años de haber publicado su última novela “Sudor”, de la cual también hay reseña en HISTRIONICO.com para que si no la han leído le den un vistazo aquí.

Sobre la carrera de Fuguet no me voy a extender mayormente pues como es uno de mis escritores chilenos favoritos, en anteriores reseñas sobre sus libros les he hablado sobre su carrera.  Decirles a grandes rasgos que es periodista, profesor, guionista, cineasta y por su puesto escritor, de hecho, este largo período de silencio en lo que se refiere a los libros se debió a su trabajo en documentales y un par de películas, por eso volverlo a ver trayendo una nueva novela fue algo que en lo personal me emocionó mucho y pasó a ser en seguida una de mis lecturas necesarias para el primer semestre de este año.

Alberto Fuguet
Alberto Fuguet

¿Y de qué va “Ciertos Chicos”?  Bueno, es una historia ambientada en el Santiago de 1986 donde encontraremos a sus protagonistas Tomás Mena y Clemente Fabres, dos jóvenes que gracias a su gusto por la música y las películas de los años ochenta logran coincidir en la disquería Lado B y se dan cuenta que a pesar de sentirse tan distintos en la sociedad chilena de esa época no se encuentran solos y existen muchas personas más como ellos con sus mismos gustos, pensamientos y deseos.  Pero para entrar más en contexto y evitando posibles spoilers, hablemos un poco de “Ciertos Chicos”.  Clemente es hijo de exiliados, y cuando su madre toma la decisión de regresar a Chile, el joven la acompaña para estudiar periodismo, pero se da cuenta que a sido una de las peores cosas que le pudo ocurrir, tanto por su manera de vestir, su estilo de vida y por ser homosexual, en un país donde la dictadura se convertirá en una represión personal. Clemente hará lo posible para pasar desapercibido y continuar con su vida y sus estudios, visitando disquerías, viendo películas y escribiendo su fan cine que distribuirá en lugares estratégicos del under capitalino.

Por otro lado, tenemos a Tomás, un joven recién salido del colegio y que se prepara para estudiar letras en la universidad.  Él sólo quiere que llegue el ansiado momento de comenzar las clases, conocer gente, y con unas ganas enormes de comerse el mundo.  Se siente distinto a su familia, un clan de clase media con costumbres y educación muy tradicionalista, cosa que choca con las ideas rupturistas de Tomás sin mencionar su gusto por “ciertos chicos”.

Que podemos decir de esta obra, bueno primero que es un relato que tiene una banda sonora, tiene los ambientes, los colores y la moda de los ochenta, un viaje vertiginoso para todos los que vivimos aquellos años y que disfrutamos de descubrir quien cantaba este o aquel tema, de esos tiempos que esperábamos los fines de semana con un casete listo para grabar las versiones doce pulgadas en las radios que daban música bailable en las noches, de visitar por horas disquerías, ver películas con extravagantes efectos especiales, disfrutar de una mirada o un roce de la mano de otro chico en la calle, vivir en una sociedad que muchas veces asfixiaba como declarara Clemente en la novela.  Y es que esta es una historia de amor de “ciertos chicos” en una época donde lo que no era “normal” estaba prohibido.  Sin duda una historia llena del romanticismo pop de los ochenta. 

En lo personal, es sin duda una de mis mejores lecturas de este año, tanto por el hecho del tiempo en que esta ambientada la historia como por el juego “del gato y el ratón” que surgirá entre Tomás y Clemente, encontrándose en fiestas, lugares under capitalinos y la disquería Lado B.  Me surge la inquietud acerca de que opinará la juventud sobre esta novela, una época donde no existían celulares, las redes sociales ni plataformas donde poder bajar músicas y películas y todo era análogo, un tiempo donde “la cultura de lo instantáneo” no existía; y viceversa. Como reflexión, pienso que Tomás, uno de los protagonistas de historia, quizás hubiese enloquecido con tal nivel de exposición e información.

Y para terminar con esta reseña les dejo un dato curioso, en Spotify existe una playlist de la novela, por si son fanáticos de la música de los ochenta la busquen, como les dije es una novela con banda sonora, y en esta playlist realizada por grupo Planeta encontraran toda la música que hace referencia la obra. 

Pronto nos volveremos encontrar en otra nueva reseña en HISTRIONICO.com

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Modificado por última vez en Jueves, 22 Agosto 2024 15:05
Francisco Pérez

Fanático de la lectura

Autor senior en Histrionico.com

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