Marzo 28, 2024

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Hoy en día nuestros niños están más expuestos a la violencia que nunca antes. Alguno de nosotros y nuestros padres podrían enterarse de la violencia que había a través de los periódicos o a través del televisor. Sin embargo, no encontramos en la era de las comunicaciones, donde ya casi todo niño nace con un dispositivo electrónico en la mano. Me ha pasado innumerables ocasiones donde estoy en algún restaurante o centro comercial y hay niños en coche con estos aparatos en la mano.

La violencia es definida por la ONU como:  “el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte. Por lo que podemos decir que la violencia se puede recibir y dar de muchas maneras diferentes. Podemos recibir la violencia de manera personal o grupal, pero igualmente podemos ser violentos con nosotros mismos.

Durante las últimas semanas he estado aprendiendo sobre las Dinastías de la antigua China. Aunque bien distantes estas historias que se representan en los años 1500 y 1700 d.C. he visto que como sociedad no hemos cambiado tanto. Claramente ya no matamos a nuestros padres, hermanos o hijos por un trono, pero hay ciertos comportamientos que no hemos cambiado. Estaré utilizando los clanes que componían las diferentes dinastías para esta columna.

Antes de comenzar con la columna de esta semana quiero dejar bien claro que no soy psicóloga, no quiero estudiar psicología y nunca me ha pasado por la mente serlo. Para mí los psicólogos y los psiquiatras son personas sumamente especiales. Estas personas de alguna manera logran desconectarse de sus problemas para atender los problemas de los demás para luego conectarse a su vida y trabajar los de ellos. La vida de por si es sumamente complicada como para también tratar de resolver problemas con los cuales a lo mejor no puedes relacionarte. Pero, ese es tema para otra columna, hoy quiero hablar de esa cualidad que nos hace humanos. Hace un año más o menos comenzó la pandemia, en mi vida nunca pensé llegar a vivir una, mi entrenamiento como salubrista me preparó para observarla y analizarla. Sin embargo, nada me preparó para vivirla. Y creo que a ninguno de nosotros se nos preparó para esto. Hoy un año más tarde y con más conocimiento creo que estaría lista para los nuevos cambios que me depare el futuro, aunque no siempre estamos listos para esto.

Divide y conquista... pues no necesariamente. 

En algún momento de nuestras vidas, ya sea porque alguien nos lo ha dicho o lo hemos escuchado en alguna película o libro, hemos escuchado ese refrán que dice: “divide y conquista”. Aunque no lo pareciera es una estrategia que utilizamos a diario para poder realizar las cosas cotidianas que tenemos pendiente durante nuestro día. Un ejemplo de esto y creo que se ha visto en mucho más marcado en los hogares últimamente es el trabajar y dividir luego unas horas para los quehaceres familiares o el compartir con la familia.

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