Marzo 28, 2024

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Un gusto que estén junto a nosotros con esta nueva columna, así que los invito a que recorran las siguientes líneas.

Continuamos con la temática de la semana pasada para expresar una de las inquietudes que he traído a cuestas con base en el fenómeno OVNI y los enigmáticos sucesos Paranormales.

Explicamos a simple vista las características que envuelven al fenómeno OVNI y en esta oportunidad seguiremos el rastro del misterio, lo inexplicable, o sea, el fenómeno paranormal.

¿Qué habrá después de la muerte?, ¿Existen los fantasmas?, ¿De dónde vienen?

Comenzamos.

Al no existir evidencia contundente, el fenómeno paranormal se considera una pseudociencia dando pie a un sinfín de hipótesis y proposiciones con una gran cantidad de expertos según el género que traten (parapsicólogos, médiums, cazadores de fantasmas, investigadores paranormales, adeptos a la magia, telépatas, ocultistas, esoterismo etc.). La capacidad de contacto con otro plano da a conocer condiciones sobrehumanas, dando la acreditación de puente de unión con otro mundo.

Dentro de lo paranormal debemos mencionar la gran gama de estudios que existen sobre duendes, fantasmas, animales míticos, orbes, demonios, ángeles, transmutación corpórea, proyección astral y una gran cantidad de entidades que sobresalen de la lógica. Basándonos en lo anterior, debemos detenernos un minuto y cuestionar su existencia, no quiero decir negarlos, sino pensar sobre su proveniencia, ¿Se habían preguntado eso?

La investigación de los fenómenos paranormales y aún más su interpretación, son difíciles de encajar en el ámbito de las pautas metodológicas y las teorías científicas establecidas. Debe tenerse en cuenta el problema epistemológico que significa el calificar como “paranormales” precisamente aquellos hechos para los que no se haya podido encontrar explicación causal, empleando la metodología de la ciencia positiva, la cual es, por tanto, de obligatoria aplicación previa en el proceso “multidisciplinar” de determinación de todo supuesto fenómeno paranormal. Puede decirse que la historia de las ciencias, secular y abierta, ha venido siendo la de la mutua referencia entre lo observado, como dato a definir con precisión, y la elaboración del orden de pautas de investigación a seguir en el proceso metódico de lograr dicha definición. Esto ha conducido a señalar que, si han de ser los hechos observados los que orienten la elaboración del método y no al contrario, es decir, no que los hechos se adapten a un método preestablecido (que podría, como consecuencia de su aplicación, desfigurar los rasgos definitorios que se buscan), los datos que nos ocupan están reclamando una adecuada metodología específica.

En cada reporte de algún suceso extraño, observamos la característica furtiva que estos pueden tener además en su actuar.

A través de los siglos, el ser humano ha categorizado la presencia de espíritus con algo divino, que con el tiempo pudieron deificar. La forma en la cual el maestro espiritual (chamán) lograba romper la barrera de lo físico, transportarse hacia otro plano y comunicarse con sus dioses o antepasados, nos da a conocer la aplicación de técnicas comprobatorias a la existencia del alma o ser espiritual. Todo esto ayudó al surgimiento de creencias y religiones que erigieron a civilizaciones enteras. Oráculos con grandes poderes adivinatorios, por contacto extracorporal con seres superiores, daban la posibilidad de guiar al hombre a la batalla o simplemente mejorar el diario vivir del imperio. Así podemos pasearnos por toda la línea cronológica de la historia, en donde nos encontraremos con este quiebre, del mundo físico al no físico.

Otro ámbito interesante es la aparición de seres mitológicos (duendes, hadas, también criptozoólogico, etc.), quienes dan la posibilidad de la existencia de otro plano, contrario al nuestro.

Si efectuamos una encuesta sobre el avistamiento de estos seres, el 85 % aseveraría de manera negativa su existencia mientras el 12 % no lo negaría, lo interesante sería el 3 % restante. Este pequeño porcentaje son los que dan pie a un nuevo cuestionamiento que he llevado años pensando…

¿De dónde vienen?, ¿Hacia dónde van?, ¿Por qué solo los vemos en el momento del avistamiento?

Con esto entramos directamente al desenlace del tema, viendo que estos dos fenómenos son más similares de lo que ustedes creen, dándolo a conocer la próxima semana.

Saludos.

Saludos a quienes se unen a este nuevo artículo y que semana a semana nos acompañan con interesantes temáticas.

En esta oportunidad, quiero hacer uso de estas líneas para expresar una de las inquietudes que he traído a cuestas desde que comencé a investigar estos maravillosos temas. Nos referimos al fenómeno OVNI y los enigmáticos sucesos paranormales.

A simple vista es difícil entrecruzar líneas o efectuar un paralelismo con situaciones tan distintas. Hoy mostraremos una de las hipótesis que más dolores de cabeza nos ha provocado, más extrañas y sobre todo dudas para plantear una nueva puerta de explicación lógica de estas interrogantes.

Saludos y gracias por estar nuevamente junto a nosotros. Esta semana los vamos a acompañar con uno de los hechos más enigmáticos que ha vivido el norte de Chile en el año 1976 y que aterrorizó a una familia, inclusive los medios de comunicación dieron bastante auge, hasta llevarlo a la pantalla chica en el programa “El día menos pensado”. En lo personal, este caso está lleno de enigmas y misterios a los que no se ha podido encontrar una respuesta.

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