ETIQUETAS

No me gustan las etiquetas. Así que voy por la vida enamorándome de las personas, no del sexo o el género sino del alma y la forma de ser, y por eso me han llamado heterosexual, lesbiana, hetero-curiosa, bisexual, pansexual y demás. Repito, no me gustan las etiquetas.

AHORRO LA VIDA

Cada tarde al regresar del trabajo, entra a la pieza que arrienda, se saca los zapatos y la corbata en señal de libertad. Luego, se vacía los bolsillos y coloca todas las monedas de los vueltos del día en un jarrón sobre el velador, que usa de alcancía, se mira al espejo y repite: "Esta platita no se gasta ya tiene dueño, es para cumplir mi sueño. Quiero viajar y viajar hasta encontrar mi hogar".

ESE NO ES MI HIJO

Mi hijo desapareció. Vecinos y policías ayudaron a buscarlo por varios días. Finalmente desistí y sumida en mi pesar abandoné la búsqueda. En el día doce unos oficiales tocaron a mi puerta pues habían encontrado a mi hijo en el bosque. Se veía sano y salvo pero no hablaba. Les agradecí y cerré la puerta, pero este no es mi hijo. No come, no habla. Hace días que no duermo, porque siempre está ahí parado mirándome fijamente. No es mi hijo. ¿Qué cómo lo sé? Porque yo maté a mi hijo y lo enterré en el bosque hace dos semanas.

EL SENAME NO

De madrugada, las niñas de la casa de junto gritan y suplican a sus padres que dejen de golpearlas. Despierto asustada con sus gritos, se me aprieta el corazón y le digo a mi esposo: no es primera vez, me duele su sufrimiento, llamaré a carabineros. Él me mira con su cara muy triste y me dice: no llames amor, si vienen se pueden llevar a las niñas al SENAME.

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