Marzo 29, 2024

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¿Quién toma tus decisiones? - Por Sharon Torres

Divide y conquista... pues no necesariamente. 

En algún momento de nuestras vidas, ya sea porque alguien nos lo ha dicho o lo hemos escuchado en alguna película o libro, hemos escuchado ese refrán que dice: “divide y conquista”. Aunque no lo pareciera es una estrategia que utilizamos a diario para poder realizar las cosas cotidianas que tenemos pendiente durante nuestro día. Un ejemplo de esto y creo que se ha visto en mucho más marcado en los hogares últimamente es el trabajar y dividir luego unas horas para los quehaceres familiares o el compartir con la familia.

Vivimos nuestra vida encajonando (compartimentando) nuestras jornadas y deberes para que se nos haga más fácil realizarlas. El crear estos constructos donde todo se realiza por pedazos han sido nuestra norma desde que éramos pequeños. Por ejemplo, primero se divide la ropa y luego se lava y se seca, se barre primero y luego se pasa el mapo (se trapea), o ponemos la mesa y después la comida. Todo estos son procesos que tienen lógica. No podemos primero mojar el piso para luego pasar la escoba o ponerle los platos encima a la comida. Sin embargo, estamos tan condicionados a realizar estos compartimentos o estos procesos que lo hemos traducido a todo en nuestras vidas diarias.

Este sentido de crear compartimentos lo hemos utilizado también para nuestras emociones y en ciertas circunstancias de la vida nos limitamos a no tener alguna emoción fuerte pues podemos ver esas emociones como una debilidad. Esto nos ocurre especialmente con las emociones que vemos con connotaciones negativas como lo son el coraje, el miedo, la decepción, entre otras. Es mi opinión que debemos de profundizar un poco más en esto. ¿Acaso no son estas emociones lo que nos han mantenido vivos como civilización por tantos años? Sí, el miedo es paralizante, pero el miedo también nos ha dado la habilidad de saber que nos hace bien y que nos hace mal. Esta emoción de miedo ha permitido que la civilización continúe año tras año. Por lo que nuestras emociones no deberían de ser tratadas como si estuvieran en diferentes cajas y ser utilizadas de vez en cuando. Todo lo contrario, deberíamos unir nuestras emociones a lo que hacemos diariamente, esto le dará mayor significado a lo que hagamos diariamente y quien sabe si encuentres nuevamente el amor que habías perdido a realizar alguna tarea cotidiana.

¿Quién toma tus decisiones?

En un momento de mi vida estaba siempre pendiente a los que los demás necesitaban. Estaba pendiente a quedar bien con todo el mundo hasta que un día me di cuenta de que mi vida dejo de ser mía porque todos los demás tomaban las decisiones por mí. Por ejemplo, mi trabajo dictaba a qué hora llegaba a mi casa, a qué hora compartía con mi esposo, mis clientes determinaban a qué hora me acostaba a dormir, que fines de semanas los tenía libres.

Diariamente tomamos decisiones, estas decisiones pueden ser tan simples como a que hora nos vamos a levantar otras pueden ser mas complicadas. Pero ¿quién realmente está detrás de tu toma de decisiones?  Hay personas que prefieren que sus decisiones sean tomadas por otras personas cercanas. El esposo o la esposa, los hijos, la madre o el padre, los hermanos pueden llegar a dictar el ritmo de vida. Otras como en mi caso, el afán de agradar a los demás y hacer mi trabajo a la mejor de mis capacidades sin importar lo demás.  

Hay veces que podemos llegar a pensar que entregarles el poder a estas personas la toma de decisiones puede llegar a eximir a la persona de lo que salga mal. Si algo sale mal, eso no es problema mío, la decisión la tomaste tú y no yo. Había veces que le decía a mi esposo, no puedo ir hoy porque este cliente esta pidiendo una propuesta o un plan para mañana, ya estoy cansada de esto, pronto me voy de la compañía. Pero realmente esto nunca pasaba y el trabajo seguía acumulándose y mi salud seguía empeorando.

Este tipo de pensamiento puede llegar a monopolizar todo, pero absolutamente todo lo que haces en tu vida. Entonces ¿realmente estas viviendo?

¿Qué sucedería si un día te levantaras y dijeras que hoy vas a tomar tus propias decisiones? ¿Cuánta libertad y cuánto bien puede hacerte el que tomes las riendas de tu vida?

Se que hay ocasiones donde las situaciones son sumamente complicadas, pero y si tú decides hoy que no quieres más complicaciones en tu vida. Vivir tu vida, encontrarte, ser feliz debe de ser la prioridad número uno de cualquier persona. No podemos pretender hacer felices a los demás si nosotros no lo somos, no podemos pretender darle prioridad a alguien en la vida si tú no eres tu prioridad más importante primero y siempre. No se puede dar de lo que no se tiene.

Así es que te pregunto y pregúntate: ¿Quién toma tus decisiones?

Foto por lookstudio - www.freepik.es

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Modificado por última vez en Miércoles, 21 Abril 2021 20:20
Sharon Torres

Puertorriqueña, Maestría en Salud Pública, CEO en 3WG Education.

Trabajo desde el 2009 en el área educativa y con comunidades de alto riesgo desde el 2010. Puedes escribirme a 3wgedpr@gmail.com 

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